La iguana del desierto (cuyo nombre científico es Dipsosaurus dorsalis) es uno de los lagartos más comunes en los desiertos de Sonora y Mojave.
El desierto de Sonora se sitúa entre el suroeste de Estados Unidos y el norte de México, el de Mojave está ubicado al oeste de los EEUU.
También es posible encontrar poblaciones de Dipsosaurus dorsalis en varias islas del Golfo de California, tambien conocido como el Mar de Cortés.
Contenidos de la página
- 1 Características de la iguana del desierto
- 2 Origen de la iguana del desierto
- 3 Alimentación de la Dipsosaurus dorsalis
- 4 Cuidados de una iguana del desierto
- 5 Reproducción de la Dipsosaurus dorsalis
- 6 Comportamiento de las iguanas del desierto
- 7 ¿Qué papel juega la Dipsosaurus dorsalis en su ecosistema?
- 8 Estado de conservación
Características de la iguana del desierto
La Dipsosaurus dorsalis es un lagarto de un tamaño medio. Tienen un cuerpo robusto y redondeado, con una cabeza pequeña.
Su longitud del hocico a la cloaca es de unos 13 cm. Su cola es larga y afilada y por lo general mide algo menos que el doble de la longitud de su cuerpo.
Contando la cola miden entre 33 y 36 cm en total, pudiendo llegar a alcanzar un máximo de unos 40 cm de longitud. Las crías apenas superan los 9,5 cm.
La iguana del desierto es de un color marrón grisáceo, con un patrón reticulado marrón rojizo en la zona dorsal.
Su vientre es de un color que va del gris pálido al crema, sin ningún patrón aparente.
Su cola llama la atención por estar decorada con pequeños puntos de color marrón rojizo.
Tanto los machos como las hembras exhiben un color rosado en los laterales del vientre durante su periodo reproductivo.
Ambos sexos son muy parecidos entre sí, aunque los machos normalmente pueden distinguirse por unas manchas rojizas cerca de sus colas.
Las iguanas del desierto se caracterizan por sus finas escamas dorsales y una cresta serrada que recorre la distancia desde su cuello hasta la cola.
Otras características de su aspecto son los orificios circulares de sus oídos, sus fuertes extremidades y unos poros femorales que usan para marcar su territorio.
¿Cuánto vive una Dipsosaurus dorsalis?
Una dipsosaurus dorsalis en cautividad vive una media de 7 años, con el mayor récord conocido situado en 14 años y medio de edad.
Poco se conoce de la longevidad de estos animales en estado salvaje, aunque se estima que sea algo menor que aquellas que viven en cautividad.
Origen de la iguana del desierto
Las iguanas del desierto habitan entornos desérticos. Entre sus lugares preferidos se encuentran los arbustos de la creosota (Larrea tridentata) y el matorral espinoso.
Aunque son animales terrestres, son capaces de trepar a un metro del suelo encaramándose en los arbustos de creosota.
Pueden soportar altas temperaturas y a menudo permanecen activas en las horas más calurosas del día, volviéndose menos activas cuando no brilla el sol.
Muestran más actividad cuando se encuentran a unos 40°C y son capaces de soportar temperaturas de hasta 46°C.
A partir de los 55° y 60°C sin embargo, las consecuencias pueden ser fatales para las Dipsosaurus dorsalis.
De noche y cuando descansan, se refugian en pequeñas madrigueras de mamíferos protegidas en la base de algún cactus o arbusto.
Alimentación de la Dipsosaurus dorsalis
Las iguanas del desierto son principalmente folívoras (se alimentan de hojas), aunque ocasionalmente pueden comer insectos.
Comen las hojas, flores y brotes de una variedad de plantas de hoja perenne, lo que constituye cerca de un 90% del total de su dieta.
Los tipos de plantas que comen varían estacionalmente. En primavera sienten predilección por las flores amarillas, especialmente las del arbusto de creosota.
Las hojas de alfalfa son también parte de su dieta, así como las heces de otros animales herbívoros.
Pueden llegar a alimentarse de artrópodos de forma oportunista, como grillos y gusanos de la harina, pero es un comportamiento que rara vez se observa en estado salvaje.
¿Qué comen las iguanas del desierto en cautividad?
Puedes alimentar a tus iguanas en cautividad con gran variedad de frutas y verduras troceadas.
Ofréceles tomates, naranjas, maíz, bayas, semillas de girasol, de sésamo, calabaza y frutos secos (sin sal).
También deberías incluir algunas hojas húmedas de lechuga, que sirven a la Dipsosaurus dorsalis de fuente de agua.
Esto último es importante porque estas iguanas no tienen la costumbre de acudir a su cuenco para beber.
No te preocupes por los insectos, aunque comen hormigas, termitas y pequeños escarabajos ocasionalmente, los insectos representan una parte muy pequeña de su dieta en estado salvaje.
Sin embargo si se las ofreces, se alimentarán con avidez de larvas amarillas de gusanos de la harina.
Otro de los alimentos que disfrutan comiendo en cautividad son las flores de diente de león, que también son de color amarillo.
Se las ha observado comiendo cinta adhesiva amarilla, lo que sugiere que este color juega un rol importante en su búsqueda de alimento en estado salvaje.
Como herbívoras, las iguanas del desierto deben comer más cantidad, más a menudo y tardan más en digerir su alimento que otros lagartos no herbívoros.
Así que asegúrate de que tengan siempre algo de comida fresca disponible en su terrario.
No te preocupes si le ofreces más comida de la necesaria, estos animales no se sobrealimentan. Solo recuerda retirar lo que no vayan a comerse.
Al contrario que con otras especies de iguana, no es necesario ni aconsejable suplementar su alimentación con potasio.
Cuidados de una iguana del desierto
Estos lagartos pueden adaptarse bien a vivir en cautividad si se les proporcionan los cuidados adecuados.
El éxito en el mantenimiento del terrario, reproducción y la crianza de las iguanas del desierto se relacionan con cuatro factores imprescindibles:
- Necesitan temperaturas muy altas, que superen los 33°C, porque el calor elevado es esencial para la digestión de su alimentos y un desarrollo adecuado de los huevos durante su incubación.
- Es también imprescindible proporcionarles una luz muy brillante, ya que propicia un comportamiento normal de estos animales y un desarrollo más rápido.
- La Dipsosaurus dorsalis necesita una dieta vegetal variada, provista del contenido en agua y nutrientes que necesitan. Asimila tan bien los alimentos que no es necesaria una suplementación de minerales.
- Por último, es necesario un terrario grande con una buena cantidad de sustrato arenoso. Incluye un único macho en cada terrario.
Será necesaria una fuente de luz potente funcionando como mínimo 8 horas diarias, ya que estas iguanas necesitan tomar el sol.
Muchos estudios han demostrado que gozan de una mejor salud si son expuestas a la luz durante al menos doce horas al día.
Entrarán y saldrán del foco de luz varias veces a lo largo del día para mantener una temperatura idónea que les permita estar activas.
Para proporcionales el calor necesario, son imprescindibles el uso de lámparas de calor y mantas eléctricas bajo el terrario.
En algunos momentos también necesitan poder escapar del calor, por eso es muy importante disponer de un terrario de gran tamaño.
Cómo preparar el terrario para la Dipsosaurus dorsalis
Puedes mantener adecuadamente un par de iguanas del desierto adultas en un terrario con unas dimensiones de 90 por 60 cm y otros 60 cm de alto.
Si quieres alojar a más de dos animales el terrario deberá ser bastante más grande. Para 3 o 4 adultos lo ideal serían una superficie de 180 por 90 cm.
Las paredes deben ser de cristal, ya que las garras de una Dipsosaurus dorsalis pueden arañar el plástico. Es aconsejable cubrir la parte superior del terrario.
También deberías cubrir el fondo del terrario con una buena capa de sustrato arenoso, de al menos 20-30 cm de espesor.
Una mezcla de arena seca y rocas pueden funcionar bien como sustrato, con un pequeño cuenco de agua sujeto en una esquina del terrario para que no la salpiquen al excavar la tierra.
Pulverizar con agua a la Dipsosaurus dorsalis cada pocos días puede ser una alternativa apropiada al cuenco de agua.
La humedad dentro del terrario debe oscilar entre el 15% y el 30%, excepto después de una pulverización de agua en su interior.
Manejo y temperamento de las iguanas del desierto
La Dipsosaurus dorsalis es un animal bastante dócil que puede acostumbrarse con facilidad a la interacción con seres humanos.
Aún así es aconsejable tomar algunas precauciones en su manejo, ya que los ejemplares recién capturados o aquellos con más carácter pueden morder.
Pueden no parecer peligrosas debido a su pequeño tamaño, pero la mordedura de estos animales puede llegar a atravesar la piel.
Reproducción de la Dipsosaurus dorsalis
La iguana del desierto es una especie de lagarto poligínica, lo que significa que el macho tiene más de una pareja sexual.
El proceso de apareamiento se produce alrededor de microhábitats más frescos, como los que crean la creosota y otros arbustos del desierto.
Los arbustos son una de las principales fuentes de alimento para las iguanas del desierto, pero también proporcionan las temperaturas más frescas al medio día.
Es por ello que las hembras suelen construir sus refugios bajo la protección contra el calor que ofrecen estos arbustos.
La época de apareamiento empieza en primavera y se prolonga hasta mediados de verano.
Los apareamientos se producen en mayor medida entre los meses de mayo y junio.
La Dipsosaurus dorsalis es una especie ovípara, que pone sus huevos generalmente de principios a finales del verano.
Las hembras normalmente hacen una puesta de huevos por estación, aunque en condiciones óptimas pueden llegar a hacer por puestas.
Las hembras cavan madrigueras en el suelo y a continuación se colocan encima para depositar de tres a ocho huevos.
Una vez los han depositado, cubren con tierra la madriguera y la abandonan.
Cuando eclosionan los huevos no hay ninguna implicación por parte de los padres, las crías tiene que valerse por sí mismas.
Las iguanas del desierto alcanzan la madurez sexual a una edad de entre 31 y 33 meses.
Por el momento se sabe poco acerca del proceso reproductivo y la gestación de esta especie de iguanas.
Territorialidad y competencia de los machos
Los machos son muy territoriales y agresivos con otros machos sexualmente maduros, compitiendo por las hembras y el territorio.
En esta dura competencia, los machos dominantes establecen sus territorios alrededor de los arbustos del desierto.
De esta forma tienen garantizado un mejor acceso a las hembras, que viven al refugio que ofrecen estos arbustos.
Comportamiento de las iguanas del desierto
La Dipsosaurus dorsalis es un animal diurno. Se mantiene activo durante el mediodía en otoño, primavera y verano.
Se cree que el hecho de que se estén activas durante el mediodía en verano es en realidad una adaptación para evitar a sus depredadores.
El resto de animales no son capaces de aguantar las temperaturas tan altas que pueden alcanzarse a esas horas.
Estas iguanas pasan buena parte del día alimentándose de los arbustos de creosota o tomando el sol.
Son capaces de correr muy rápido, levantando sus cuerpos del suelo y llegando a desplazarse con sus patas traseras, como un animal bípedo.
Las iguanas del desierto crean refugios para mantenerse a salvo de los depredadores y de las altas temperaturas.
Cavan sus guaridas debajo de arbustos o cerca de montículos y a veces utilizan madrigueras hechas por pequeños mamíferos.
Estos lagartos comienzan un proceso de hibernación a finales de octubre, que se prolonga durante todo el invierno.
Las madrigueras que utilizan para hibernar van desde unos pocos centímetros hasta 60 cm de profundidad.
Los ejemplares más jóvenes excavan refugios menos profundos que los adultos. Normalmente salen de su hibernación en marzo.
Formas de comunicación entre individuos de su misma especie
La Dipsosaurus dorsalis está equipada con unos poros femorales que absorben las longitudes de onda ultravioleta, para producir químicos fluorescentes con los que marcar el territorio.
Estos marcadores solo son visibles para aquellas especies capaces de detectar las longitudes de onda ultravioleta.
Todavía no existen muchos estudios acerca de la percepción sensorial de las iguanas del desierto.
Se cree que cuentan con una visión a color, como demuestra su especial interés por los alimentos de color amarillo.
Defensas de las iguanas del desierto contra sus depredadores
Su cuerpo marrón grisáceo es una ventaja en lugares desérticos, ya que actúa como una medida de camuflaje.
Estos lagartos se mantienen atentos a su entorno y huyen rápidamente a sus madrigueras si se ven amenazados.
Cuentan con la habilidad de inflar sus cuerpos hasta el doble de su tamaño normal como medida defensiva, si no son capaces de huir.
Las iguanas del desierto a menudo se esconden entre las grietas para poder escapar de sus depredadores.
En esta situación el ser capaces de inflar su cuerpo tiene el beneficio añadido de evitar que sus depredadores puedan sacarlas de su escondite.
Si es necesario también pueden desprenderse de su cola y aprovechar la distracción para escapar.
¿Qué papel juega la Dipsosaurus dorsalis en su ecosistema?
Las iguanas del desierto son una fuente de alimento para varios depredadores en su hábitat.
Entre los depredadores que se conocen se encuentran los zorros, las aves rapaces y las serpientes.
La culebra chirrionera (Masticophis flagellum) es uno de los principales depredadores de la Dipsosaurus dorsalis en el desierto de Sonora.
Estas iguanas también son los anfitriones de una serie de microbios parasitarios propios de su entorno.
Para evitar que estos microbios se reproduzcan masivamente y puedan causarles daños internos, las iguanas del desierto aumentan su temperatura corporal.
Cuando no pueden aumentar la temperatura de su cuerpo, estos parásitos pueden provocar daños en las iguanas.
Al margen de estos microbios, no se conocen por el momento otros parásitos que afecten a esta especie de lagartos.
Estado de conservación
Lista Roja de la UICN clasifica a la Dipsosaurus dorsalis como especie de preocupación menor.
Se estima que existen más de 100.000 adultos en estado salvaje, aunque algunas poblaciones han disminuido debido a la destrucción de sus hábitats y la construcción de carreteras.