Género: Cyclura
La iguana azul (Cyclura lewisi) es una especie de lagarto en peligro de extinción perteneciente a la familia de los iguánidos, originaria de la isla Gran Caimán.
En un inicio se la consideraba una subespecie de la iguana cubana (Cyclura nubila), pero fue reclasificada en 2004 como una especie distinta, debido a diferencias genéticas descubiertas cuatro años antes.
Se trata de una de las especies de lagartos más longeva del mundo, pues se cree que puede alcanzar los 69 años de edad. El récord conocido en una iguana azul es de 67 años.
El hábitat preferido por las iguanas verdes es rocoso y soleado, zonas abiertas de matorral o bien cerca de la costa, ya que las hembras deben cavar agujeros en la arena para depositar sus huevos.
La puesta de estos huevos se produce entre junio y julio, con un segundo posible desove que puede ocurrir en septiembre.
La dieta de la iguana azul es mayoritariamente herbívora e incluye plantas, frutas y flores.
Su coloración va del color canela al gris, con un tono azulado que es más marcado durante la época de reproducción, sobre todo en los machos.
Su cuerpo es grande y pesado, con una cresta dorsal de espinas cortas que se extiende desde el cuello hasta el final de la cola.
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Cómo es la iguana azul
La Cyclura lewisi es el animal terrestre nativo más grande de la isla Gran Caimán, con una longitud de 1.5 m incluyendo la cola y un peso de hasta 14 kg.
Es posiblemente la especie más pesada y el lagarto de mayor tamaño de todo el hemisferio occidental. Solo la longitud de su cuerpo es de unos 51 a 76 cm, con una cola de igual tamaño.
Los dedos de la iguana azul están articulados para ser más eficientes cavando y escalando árboles. Aunque no se conoce que sea un especie arbórea, se la ha podido observar trepando árboles de hasta 5 m.
Las iguanas azules son sexualmente dimorfas, por lo que los machos son más grandes que las hembras, en un tercio de su tamaño corporal.
Los machos tienen unas crestas dorsales más prominentes y unos poros femorales más grandes en sus muslos, que usan para liberar feromonas.
Así es la vista de las iguanas azules
Los ojos de una Cyclura lewisi presentan un iris dorado y una esclerótica roja (la zona del blanco del ojo, en el caso de los humanos).
Tienen una vista excelente, que les permite detectar formas y movimiento incluso desde largas distancias.
Las iguanas azules no ven bien con poca luz. Sus ojos solo contienen unos pocos bastones, que son las células fotorreceptoras de la retina encargadas de la visión en condiciones de baja luminosidad.
Por otro lado, los ojos de estos animales tienen unas células llamadas «conos dobles», que les dan una visión de colores nítida y les permiten ver las longitudes de onda ultravioleta, invisibles para el ojo humano.
Esta habilidad les resulta muy útil para tomar el sol, ya que pueden asegurarse de absorber suficiente luz solar en forma de rayos UVA y UVB con los que producir vitamina D.
Como el resto de especies de iguana, la iguana azul ha desarrollado un órgano fotosensorial blanco en la parte superior de su cabeza, conocido como ojo parietal o pineal.
Este «ojo» no funciona del mismo modo que sus ojos normales, pues solo contiene una retina rudimentaria que no puede formar imágenes, aunque sí es sensible a los cambios de luz y al movimiento.
¿Son las Cyclura lewisi realmente azules?
Los especímenes más jóvenes de iguana azul tienden a ser de un marrón oscuro uniforme, o bien verdes con bandas algo más oscuras.
Cuando las iguanas recién nacidas emergen por primera vez del nido muestran un intrincado patrón en su piel, con ocho rayas dorsales oscuras que van desde la cresta de sus cuellos hasta su zona pélvica.
Estas rayas desaparecen cuando el animal alcanza su primer año de edad, cambiando a un gris moteado que se va convirtiendo en azul a medida que la iguana se hace adulta.
La iguana azul adulta es típicamente gris oscura, de la misma tonalidad que la roca caliza de su hábitat natural.
El animal cambia su color a azul cuando está en presencia de otras iguanas como una señal de territorialidad.
La piel de los machos adultos varía en su color, desde gris oscuro a un azul turquesa, mientras que la coloración de las hembras varía entre el verde oliva y el azul pálido.
El azul es más pronunciado en los machos de la especie. Sus patas de color negro contrastan de forma llamativa con el resto de su cuerpo, que es por lo general más claro.
¿Qué comen las iguanas azules?
Como el resto de especies del género Cyclura, la iguana azul es principalmente herbívora, se alimenta de hojas, flores y frutas de unos 45 tipos distintos de plantas.
Muy rara vez suplementan su dieta con larvas de insectos, cangrejos, pájaros muertos, babosas y hongos.
La familia de los iguánidos presenta por lo general un problema particular con la osmorregulación, la regulación de la entrada y salida del agua en el cuerpo y las sustancias que contiene, como sales minerales.
La materia vegetal tiene una cantidad elevada de potasio y a su vez un contenido nutricional por gramo muy bajo, lo que obliga a estos lagartos a ingerir grandes cantidades para satisfacer sus necesidades metabólicas.
Esta combinación de factores provoca un exceso de potasio en el organismo de la iguana azul, que debe expulsar de algún modo.
Como no son capaces de crear una orina más concentrada que sus fluidos corporales, excretan deshechos nitrogenados en forma de sales de ácido úrico a través de una glándula salina, como hacen los pájaros.
Como resultado, las iguanas azules han desarrollado una glándula nasal lateral, para potenciar la secreción del exceso de potasio y la sal.
Reproducción de la Cyclura lewisi
El periodo de apareamiento se prolonga desde mayo hasta junio.
El apareamiento viene precedido por numerosas sacudidas de cabeza del macho, que luego da vueltas en círculos alrededor de la hembra para tratar de sujetarla del cuello.
El macho luego trata de inmovilizar a la hembra, para colocar su cola debajo de la de la hembra y así aparearse con ella.
La cópula normalmente dura de 30 a 90 segundos y rara vez se observa a una pareja de iguanas azules aparearse más de una o dos veces al día.
La hembra puede llegar a depositar entre uno y veintiún huevos, normalmente entre junio y julio, dependiendo de la edad y el tamaño de la hembra.
Los huevos de la iguana azul están entre los más grandes puestos por cualquier tipo de lagarto.
Los nidos son excavados en zonas de tierra que estén expuestas al sol. Su temperatura ha sido monitoreada por investigadores, permaneciendo en unos 32 °C constantes durante todo el periodo de incubación, que puede durar de 65 a 90 días.
La muestras de territorialidad empiezan a ocurrir en estos animales a partir de los tres meses de edad. Tanto los machos como las hembras son seres territoriales que compiten por el territorio.
Las hembras ocupan áreas de unos 2400 m2 indistintamente de su edad, mientras que los machos tratan de abarcar territorios cada vez más grandes, a medida que crecen.
¿Dónde comprar una iguana azul?
Si hacemos consultas en Internet relacionadas con dónde o cómo comprar una iguana azul, encontraremos que el buscador nos muestra algunos resultados.
Dedicando unos minutos a revisar estos resultados podemos ver que en su mayoría se trata de otras especies, puestas a la venta como iguanas azules.
En algunos casos quizás se deba a la ignorancia de propio vendedor, que no sepa diferenciar entre las distintas especies de iguanas. En otros, puede tratarse directamente de un engaño malintencionado.
Incluso si se tratase de ejemplares reales de iguana azul e indistintamente del precio que pidan por ellas, no debemos olvidar que se trata de una especie en grave peligro de extinción.
La Cyclura lewisi está en peligro de extinción
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN por sus siglas en inglés) clasifica a la iguana azul como animal en peligro de extinción, en su Lista Roja.
Su población se limita a la zona oriental de la isla Gran Caimán, donde se ha visto reducida a niveles críticos. Antes del recuento efectuado en 1988 solo se habían observado tres ejemplares salvajes.
El territorio ocupado por la iguana azul se ha reducido significativamente durante los últimos 25 años.
A día de hoy no hay ni rastro de iguanas azules en muchos lugares donde antes podían observarse estos animales en estado salvaje.
En 2002 la población estimada era de menos de 25 ejemplares adultos sobreviviendo en estado salvaje.
La Cyclura lewisi es una de las especies más amenazadas del planeta. En 2008 se asestó un nuevo golpe a su población salvaje, cuando se encontraron seis animales asesinados en una reserva natural.
Causas de su declive
La principal amenaza de extinción inminente para estas iguanas es la destrucción de su hábitat natural.
La limpieza de terrenos en el territorio de la iguana azul viene motivada principalmente por la agricultura, la construcción de carreteras e inmuebles, con una intención especulativa.
La transformación de terrenos de cultivo tradicional en zonas de pastoreo para el ganado está eliminando zonas antes habitadas por la iguana azul.
Las ratas, los gatos salvajes y perros vagabundos representan otro factor de presión en las poblaciones salvajes de iguanas azules.
Los coches y motocicletas son también una causa importante de mortalidad en las iguanas, ya que rara vez sobreviven al impacto con un vehículo.
Comparativamente, la caza furtiva es un factor de riesgo menor, pero se siguen encontrando trampas ocasionalmente, a pesar de la protección legal y los esfuerzos por concienciar a la población de la gravedad del asunto.
La iguana verde (Iguana iguana) se introdujo desde Honduras y ha sabido establecerse bien en Gran Caimán como especie invasora.
Actualmente es mucho más numerosa en esta isla que su especie endémica, la iguana azul.
Aunque no se conocen consecuencias negativas para la iguana azul, la mera presencia de la iguana verde puede confundir a la gente sobre la situación crítica que vive la Cyclura lewisi.
Muchas personas confunden ambas razas y cuando encuentran que pueden verse iguanas con facilidad, se confunden al creer que se exagera sobre la gravedad de la situación de la iguana azul.
A pesar de ser ilegal, las iguanas azules solían ser vendidas a los turistas como mascotas, ya que su escasez hacía que resultasen atractivas para los coleccionistas de animales.
El gobierno británico se desentendió durante más de 20 años de sus territorios de ultramar, que son el hogar de muchas especies únicas en peligro de extinción.
Para el año 2001, ninguna cría de iguana azul de las poblaciones silvestres sobrevivía hasta la edad reproductiva.
Esto significó que su población se encontraba extinguida en términos prácticos, con solo 5 animales sobreviviendo el estado salvaje.
La Cyclura lewisi es fundamental para su ecosistema
Como la iguana azul consume una amplia variedad de plantas, con una preferencia por las frutas y flores cuando están disponibles, es un animal muy valioso para Gran Caimán como dispersor de semillas.
Se ha demostrado que las semillas que pasan a través del sistema digestivo de las Cyclura lewisi germinan más rápido que aquellas que no lo hacen.
La iguana azul es muy importante a la hora de distribuir semillas a nuevos territorios. Siendo el mayor herbívoro del ecosistema de Gran Caimán, es esencial para el mantenimiento del delicado equilibrio natural de la isla.
Esfuerzos por recuperar la especie
En 1990, la Asociación Americana de Zoológicos y Acuarios definió al género de las Cyclura como su máxima prioridad de conservación.
Su primer proyecto fue un programa de cría en cautividad de la iguana azul, que por aquel entonces era la especie más amenaza de su género.
Uno de los primeros problemas que se encontraron fue que los animales que mantenían en cautividad en 1990 no eran de una especie pura.
Mediante el análisis de su ADN se determinó que alguno de los miembros del grupo en cautividad eran híbridos, parte de su código genético se correspondía con el de la Cyclura nubila caymanensis.
Para evitar la propagación de estos genes y que el programa contase únicamente con animales puros de la especie Cyclura lewisi, los animales híbridos fueron esterilizados.
Después de cinco años de investigación se logró mantener 2 poblaciones de iguana azul en cautividad. Estos grupos se gestionan como uno solo, cruzando animales de ambos grupos para mantener la diversidad genética.
Como respuesta al desastre ocurrido a la población de iguanas azules en Gran Caimán, se establecieron poblaciones en cautividad fuera de la isla, distribuidas en 25 zoológicos de los Estados Unidos.
En la actualidad existen un mínimo de 20 poblaciones en cautividad, con al menos 225 animales, con un seguimiento llevado a cabo por el Centro de Conservación e Investigación de Especies Amenazadas del Zoo de San Diego.
Por su parte, el Zoo de Indianápolis ha logrado criar iguanas azules en cautividad en dos ocasiones desde el año 2000.
Por primera vez, en octubre de 2006, se liberaron crías de iguana azul en su hábitat natural, para estimular a la especie e intentar alejarla de la amenaza de extinción.
En un esfuerzo por estimular la especie y alejarla de la amenaza de extinción, por primera vez en octubre de 2006 se liberaron en su hábitat natural crías de iguanas azules, provenientes de la cría en cautividad.
Cada una de las Cyclura lewisi que soltaron lleva un collar de color en su cuello para poder identificarlas a distancia, además de un microchip implantado en su piel.
También se conservan imágenes en alta resolución de las escamas de sus cabezas, que tienen un patrón único en cada animal que permite identificarlos (como las huellas dactilares de los humanos).
Programa de recuperación de la iguana azul
El Programa de Recuperación de la Iguana Azul creció a partir de un pequeño proyecto iniciado en 1990 por la Fundación Nacional para las Islas Caimán.
Hoy en día es una gran asociación formada por la Fundación Nacional y el Departamento de Medio Ambiente de las Islas Caimán, el Parque Botánico Reina Isabel II, la Fundación de Conservación de la Fauna Silvestre de Durrell, la Fundación Internacional por la Conservación de Reptiles y la Comisión Europea.
La estrategia del programa pasa por generar un gran número de crías con diversidad genética y prepararlas durante dos años para que sus probabilidades de supervivencia en su hábitat aumenten.
Después, esos animales se liberan en una serie de sub-poblaciones salvajes, viviendo en zonas naturales protegidas y controladas.
Estas acciones se compaginan con la investigación de campo, el monitoreo de los animales liberados y la protección de las zonas de anidación.
Ya existen dos pequeñas poblaciones en dos zonas alejadas entre sí, la de la Reserva Salina y el Parque Botánico Reina Isabel II.
La protección del hábitat todavía es fundamental, puesto que la Reserva Salina solo tiene 360.000 m2 de zonas de matorral, insuficiente para mantener la población de iguanas necesaria.
Para que la especie sea eliminada de la lista de Peligro Crítico de extinción de la UICN, debe liberarse y mantener una población de 1000 iguanas azules en estado salvaje.
El futuro de la iguana azul
Otras poblaciones de iguana azul serán restauradas en varias zonas. Los animales serán intercambiados entre los distintos grupos para que todos sigan manteniendo una unidad genética como especie.
Cuando se haya alcanzado el número máximo de iguanas que cada una de estas zonas pueda soportar, se eliminará gradualmente la introducción de animales para dejar paso a la reproducción natural.
Además, se harán los esfuerzos necesarios de control o eliminación de los depredadores introducidos en la isla, para que un número adecuado de crías de iguana azul puedan alcanzar la edad suficiente para mantener estos grupos.
El mantenimiento de las poblaciones de iguana azul necesitará de una gestión activa por parte de gobiernos y conservacionistas, en un futuro todavía incierto.
Para mantener esta actividad serán necesarios fondos y esfuerzos para fomentar la educación y concienciación de la población local.